miércoles, 27 de julio de 2022


 











16 de julio de 2022
¡Que se pare el tiempo! supliqué,
y un instante quedó flotando
en una pequeña lágrima.
En su interior dibujé mis anhelos,
mis esperanzas, mis sueños…
Y se fueron transformando
primero en risas dichosas, plenas.
Preñadas de cariño, de amor limpio, sincero.
En aquella gota errante
se grabaron las miradas frescas
como un amanecer de primavera,
antiguas como la caricia de una madre.
Ojos que se pueden mirar con franqueza,
no tienen secretos,
no conocen la vergüenza.
Palabras como la familia y la amistad
cobraban un nuevo significado,
mas profundo que el océano,
mas elevado que el cielo.
Y la perla cristalina se colmó de brazos abiertos,
de besos, de manos unidas…
pintando un lienzo con colores infinitos
y estrellas desordenadas en perfecta armonía.
Juro que era como abrazar el universo.
 
¡No quiero que acabe! grité.
Me sentía llena de gratitud, ebria de amor.
En un fugaz parpadeo
aquella lágrima anidó en mis labios.
Sentí el sabor amargo de la despedida
y después
la dulce certeza del reencuentro.
 
¡Que se pare el tiempo! susurré.
Y es que albergo la esperanza
de hay momentos que serán eternos.

jueves, 5 de mayo de 2022













Un alto en el camino

Hay un árbol del que mis recuerdos
cuelgan de sus ramas,
sus hojas alargadas
se mueven con la brisa de mis pensamientos,
a veces despacio
como una pequeña ola llegando a la orilla,
otras deprisa, se agitan
y levantan su canto como un lamento
enredando mi pelo.
 
Espero siempre encontrarme
sentada en el pequeño banco
a los pies de mi árbol
en la curva del camino,
pero casi siempre está sentada una niña
cobijada bajo las grandes ramas.
Escribe con sus ojos infinitos y azules
un futuro incierto del que escapar del silencio.
Comprendo sus dudas,
entiendo su duelo.
Me mira y me veo en su rostro
me reconozco en su pelo alborotado
y en sus lágrimas alargadas
como las hojas de mi árbol.
Quiero abrazarla
susurrarle al oído que no estará sola
que no tenga miedo.
Mientras sonríe
tímidos rayos iluminan sus mejillas,
y siento en mi piel
el calor filtrado entre las ramas de mi árbol.
 
Ahora yo estoy sentada
a la sombra de mis recuerdos.
Saciaré la sed de mi alma
descansarán mis pies doloridos
y seguiré caminando
para volver a encontrarme conmigo.